El logro de la competitividad de una compañía debe estar referido al correspondiente plan estratégico, el cual establece la visión, misión y estrategias corporativas. Las áreas funcionales fijan objetivos basados en el plan corporativo y que garanticen el éxito de la gestión. Sobre la base de estos objetivos, cada área asigna recursos para su ejecución. Tras el inicio de la ejecución de los mencionados planes, surgen inquietudes que la sola percepción del negocio no alcanza a responder. Es más, el riesgo de administrar con información poco precisa es demasiado grande, de manera que es garantía de éxito el hecho de contar con un sistema de indicadores de gestión oportuno (Beltran, 1998). En ese sentido, el software ERP es un elemento fundamental en la automatización de sistemas de indicadores fiables, ya que soporta toda la operación de la empresa y, por lo tanto, es capaz de obtener información confiable y oportuna que se transforma en indicadores de gestión.
De acuerdo a Porter (1985) la ventaja competitiva está en función a ofrecer un valor comparable al comprador de manera más eficiente que la competencia (liderazgo en costos) o desarrollar actividades a costo comparable pero de manera única (nicho), y al crear mayor valor que la competencia para el comprador, por lo tanto, se puede demandar una prima sobre el precio (diferenciación). Competitividad
La competitividad se define bajo tres perspectivas: (a) para las empresas, significa la capacidad de operar rentablemente y competir exitosamente en los mercados mundiales; (b) para los economista, está relacionada con el valor agregado o la participación en los mercados internacionales; y (c) para una nación, región o cúmulo económico, la competitividad se vincula con el nivel de productividad de los recursos naturales, humanos y capital (Porter, 1990).
Según McFetridge (1995) la medición de la competitividad en una empresa está asociada con rentabilidad, productividad, costos, valor agregado, participación de mercado, exportaciones, innovación tecnológica, calidad de productos, entre otros. Usualmente se emplea la productividad como indicador de la competitividad. La productividad se define como una relación entre los resultados obtenidos versus los recursos consumidos.
Figura 1.- Modelo de las cinco fuerzas de Porter (2000). La combinación de estas cinco fuerzas competitivas determina el atractivo y nivel de rentabilidad de un sector.
En estudios realizados por Utecht, Hayes y Okonkwo (2004), se demostró que la implantación exitosa de software ERP potenció la competitividad de empresas multinacionales. Además para Porter y Millar (1999), las tecnologías de información han adquirido un valor estratégico que afecta esencialmente a todo tipo de empresas y a la competencia de las siguientes maneras: (a) modifica la estructura del sector y, con ello, altera las reglas de la competencia; (b) crea ventaja competitiva al dotar a las empresas de nuevos medios para superar a sus competidores; y (c) origina negocios totalmente nuevos, por lo general a partir de las operaciones actuales de la empresa. La pregunta no radica en si las tecnologías de información (TI) tendrán o no un efecto importante sobre la posición competitiva de la empresa, sino cuándo y cómo afectará esta tecnología. Las empresas que se anticipen a dominar las TI estarán al mando de los acontecimientos, mientras que las que no lo hagan se encontrarán en desventaja competitiva y tendrán que aceptar los cambios que los demás provoquen.
Figura 2.- Interface del software Cubic ERP
Magister en Administración de Empresas e Ingeniero de Sistemas. Trayectoria internacional. 25 años de experiencia en empresas y …
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